Vivir Para Cocinar

Debido a una ausencia no programada, inicié este blog y tuve que ausentarme un tiempo. Pido Disculpas si es que queda alguien por ahí.


Pero ya estoy de vuelta, así que no me pongo muy exquisito y empiezo con algo que realmente quiero comentar sobre cómo se valora una comida y un chef.


La cocina, así como mi vida en general, está dictada por la creatividad. En mi línea de trabajo normal mi esfuerzo se centra en buscar soluciones a problemas que normalmente tienen que ver con eficiencia y nuevas formas de trabajar.


Todo comensal, a su debido tiempo, debe ser retado con nuevos sabores, provenientes de nuevos lugares e inspiraciones. A veces los experimentos son exitosos, a veces son simplemente un desastre. No quiero ni contarles la cantidad de veces que un plato pareciera ser bueno y en la realidad sabe a eso que sale de la basura cuando la dejas en un lugar una semana para que se moje con la lluvia.


Pero eso no es todo, porque hay algo que un gran amigo chef me enseño hace poco: Una comida puede tener las tres características escenciales (nutritiva, alegre y sabrosa), pero si tardas 5 horas en hacerla, vas a terminar cansado y con pocas ganas de comer, lo cual normalmente implica que la comida nunca será "exquisita".


Dado que no soy cocinero a tiempo completo, mi tiempo en la cocina debe ser óptimo, pero a la vez delicado y de buen gusto (mis comensales recurrentes son mi esposa y familia, que tienen un paladar acostumbrado a buenos sabores), por tengo que esforzarme primero en diseñar un buen menú diario, para después enfocarme en cocinar.


Ahora, ese término "diseñar un buen menú" tiene muchas connotaciones en la cocina, ya que tengo que pensar en el ánimo de la persona, la situación, la hora de comida, los ingredientes, la preparación y tiempos, así como el gran problema de siempre: Que todo el mundo quede feliz, satisfecho y con ganas de más (Pero sin que eso signifique quedar con hambre, porque si alguien queda con hambre, me dicen de "pichirre" para arriba), pero sin tener que durar todo el día cocinando. Mi sabia madre, que es una de las mejores cocineras que conozco (¿no son todas las madres son las mejores cocineras?) usualmente lidia con el tema de cocinar todo el día, pero eso no es lo que busco. Busco armonía para crear una "exquisitez"


Todo esto me pone a pensar en lo complejo que todo esto puede llegar a ser, por lo que siempre estoy buscando ideas nuevas, muchas veces de lugares realmente inesperados. Para recuperar un poco el tiempo y hablar de buenas comidas, hoy traigo dos recetas.


La primera receta fue un momento de inspiración que tuve el día de las madres: Teniendo que definir qué hacer para atender el paladar de todos los comensales (Que eran bastantes y de paladares muy variados), se me ocurrió hacer un fondue y acompañarlo con algún tipo de ensalada (Para nivelar la fritanga de carne y queso). Es una ensalada ligera con un muy buen toque ácido y excelente para acompañar algún plato con exceso de sabor (el ácido limpia el paladar, lo que hace que los sabores se realcen).


La segunda receta es un préstamo de mi hermano: Es una pasta cuya receta se puede conseguir casi en cualquier lugar, pero el corazón que le puso hizo que quedara simplemente excelente y se convirtiera en un total éxito.


Los dejo con las recetas y mis más sinceras disculpas por estar desaparecido. Ya veo que voy a inventar para recuperar el tiempo perdido.


Nota Previa: Las imágenes son de referencia, pensé que había guardado las imágenes, pero se me perdieron.


Receta 1. Ensalada de "Berro Americano" y Manzana.

• 2 Kilos de "Berro Americano". La realidad es que era espinaca, que elegí por despiste mío.
• 6 Manzanas Verdes (para el toque ácido, pero si quieren y les gusta, les recomiendo probar con manzanas amarillas, son menos ácidas y dan un toque dulce genial).
• 1 Taza y media de crema de leche
• 2 Tazas de mayonesa
• 2 Limones
• Cantidad no conocida de Salsa Inglesa (porque se la eché a la salsa hasta que me gustó).
• Sal y Pimienta

1. En un bol, mezcle las dos tazas de mayonesa, la crema de leche, el jugo de 1 limón y un poco de salsa inglesa, déle a probar de la salsa a su perro (el mejor probador que conozco, come de todo). Ajuste la sal, la salsa inglesa y el limón hasta el punto en el que todo el mundo esté feliz. Cuidado, esto puede tardar un rato dependiendo de la cantidad de gente que hay en la cocina, en mi caso, lo dejé hasta que a mí me gustó tanto como a mi perro.
2. Lave bien la espinaca, escuchando constantemente las quejas y burlas de todo aquel que reconoció la espinaca y no la confundió con el "berro", corte con las manos (limpias por favor) las hojas.
3. Corte las manzanas en julianas bien delgadas (para evitar trozos muy grandes que echen a perder la sensación general.
4. Mezcle todo

• 1 Kilo de Salmón ya cocinado con mantequilla, ajo y sal
• 500 Gr De Crema de Leche
• 3 tazas de leche
• El jugo de un Limón
• Sal y Pimienta
• Mucha Mantequilla
• Queso Parmesano

1. Dado que me conseguí con el salmón ya cocinado, se debe cortar el salmón en trozos muy pequeños, quitando las espinas (igual quedaron muchas en la preparación, pero hice mi mejor esfuerzo)
2. En paralelo se debe ir cocinando la pasta con un toque de sal
3. En el tercer paralelo, se coloca mucha mantequilla a que se derrita, una vez hecho esto, se le coloca la leche y la crema de leche. Se deja cocinar hasta que la crema esté espesa.
4. Se coloca el salmón en trozos dentro de la salsa. Aquí hay que tener cuidado de que las espinas que también tengas en el plato no caigan también en la salsa.
5. Se deja reposar un par de minutos